lunes, 21 de abril de 2008

El hombre es el asado y sus circunstancias

El ritual de prender el fuego, la excusa para juntarse. Con calor o con frío el asado es una de nuestras costumbres más arraigadas. No es un mal ámbito para observar algunas conductas y situaciones. Dejemos de lado, o para otra ocasión, mis preferencias sobre cómo prender el fuego (a lo bruto: diario, arriba la bolsa de carbón y arriba de ésta, una caja de madera estilo frutal, nada de sutilezas), cómo llevar o cómo sacar la carne. Dejemos de lado, también, mi absoluta incomprensión ante la impavidez del vegetariano. Apartemos, del mismo modo virulento, las infinitas anécdotas, los sujetos que no pueden encender un cigarrillo sin ayuda de un manual y quieren dirigir el asado. Nos limitaremos a unas pocas, e insulsas, observaciones.

. Todos hemos visto alguna vez al tipo este. Se los describo y coincidirán conmigo. Pelo no del todo largo pero jamás corto, aunque se esté quedando pelado. Pelo en pecho, brazos y piernas. Suele usar un shortcito que nos remite al Mundial ´78. Desde luego, ostenta pulsera y cadena de oro, o símil. Antes de ponerse cómodo, lo ubicamos con sus jeans ajustados y su camisa, abierta hasta casi el ombligo. Mocasines o botas en punta. Bigote, opcional. Si nos asómaramos por la ventana minutos antes, lo veríamos bajar de un Torino fileteado o de una Renault Fuego. Vidrios polarizados. Ya se habrán dado una idea.
Este espécimen, trasegará hectolitros de fernet o cerveza mientras el carbón aún no es brasa. Tipo confianzudo, canchero. Simpático, inclusive. Siempre y jamás irá a los asados con la misma mina. Cambia seguido de pareja, pero sus amigos no reconocen a ninguna porque el aspecto que tendrá será siempre el mismo: pinta de gato barrial, cara poco agraciada, figura llamativa pero no tanto como su indumentaria. Que dicho sea de paso, es lo único que nos hace dudar de su pertenencia al reino vegetal.
El comentario desubicado, la chanza maligna, la broma pesada, siempre a flor de piel. Devorará como un cosaco famélico. Hablará a los gritos pero hará reir. Cabe mencionar que siempre será el primero en ofrecerse a ir a comprar helado en su bólido.

. El novio de la nena es presentado en sociedad. Amigos o parientes muy cercanos de la familia de la novia se reúnen con el noble fin de hacer un asadito. Y ahí aparece el novio. Lo vemos deambular solo ya que su novia desapareció con sus primas, hermanas y amigas; los hombres de la familia están reunidos alrededor del fuego hablando de sus cosas y, sin delicadezas, ya excluyeron del círculo al advenedizo. Pero no se pierden detalle de ningún movimiento del foráneo. Nuestro héroe termina sentado al lado de la abuela que también está sola, mitad por su Alzheimer galopante. Oirá una incoherencia tras otra rogando que sirvan el asado ya, aunque esté crudo aún. Si no sucumbe a la presión, se sentará y comerá y beberá moderadamente. Dejará caer algunos chistes o salidas que en otros foros más amigables le fueron favorables. Aquí, no arrancará una sola sonrisa. Quizás, la abuela balbucee algo. No se amilanará y ante el sonido del destape de un buen vino dirá: "Música para mis oídos!". Tolerará las miradas asesinas. Jamás entrará en esa desgracia que algunos llaman confianza. Hasta entre amigos, considera el héroe que la demasiada confianza es nefasta. Si se arma un truco, jugará a ganar pero asumirá que la culpa de una mala jugada ha sido de él y no de ese tío retardado que cantó la falta con 24. Estoico, todo lo tolerará. Y luego, si hay un dios justo, en 5 o 6 años, verá pasar tranquilamente el cadáver de sus desagravios.

. Hoy vienen los amigos de sus hijos a comer el asado. Todos han elogiado alguna vez su destreza en el rubro. Usted se prepara un aparte de queso y salame con su vasito de vino. Observa a los cachorros moverse. Confirma, dejando por fin de lado la constante negación, que su hijo es un marmota. Verlo moverse y hablar lo lastima. Usted comprende que el chico roza la oligofrenia. Entiende que sólo un bodoque puede tener por amigos a este conjunto de maltrechos, deformes, autistas y papanatas que han arribado a su hogar. Se resigna, aunque sabe que es un mal comienzo. Las dos amigas de su hija, observa usted, se ostran inevitablemente al ver el material que hay en mercado. Su hija flirtea con todos los mamarrachos. El asado transcurre lento, usted casi no abre la boca como no sea para engullir algo. Para los postres, ya se convence que su hija es, cuanto menos, fácil. Se va a dormir la siesta ofuscado, rezongando y rogando al cielo que ninguno de estos subnormales embarace a su hija y que no le roben nada al pavote de su hijo. En el último pensamiento antes de dormirse, comprende que si su mujer no lo despierta con mate y bizcochitos se armará una brava.

PD: Última anotación: No hay nada como esos asados compartidos con los 6 o 7 forajidos que damos en llamar amigos.

30 comentarios:

Naimad dijo...

Y Ud. me dice que no sabes escribir??? pero, pero... por favor Firmin! Es la mejor descripción de nuestro próximo asado (donde espero conocerlo -y a su familia, obvio- que he leído en mi vida). Y como siempre, resaltando el culto a la amistad.

Sepa ud. que no le perdonaría que no relate lo que le pedí en el post anterior, so pena de ser invitado a una kermese hogareña en casa de la futura ex novia de alguien, quien además se empeñará en mostrarle dos aberraciones: el video de los 15 y el de Bariloche. (Tomá, te lo dije.) Ahi se ve.

(Como anda la niña de la sabiduría??)

Mariano dijo...

Coincido con el delincuente de arriba. Me pongo de pie y lo aplaudo a rabiar. Un post de la chacón de la lora, si me permite la sutileza...

Geoffrey Firmin dijo...

La descripción de un evento a suceder puede ser mi fuerte, querido Naimad. No se deje engañar por la hojarasca. ;-)
Aterrador el castigo prometido de no cumplir su pedido. De todos modos, le anticipo que nada extraño ni resaltable hubo en esos trajines. Y, entre nos, le confieso que quería aliviarle la lectura de este blog a la gente que ya debe estar harta de mis asuntos personales. Yo lo estoy. ;-)
Abrazo, querido amigo!

Mariano, es notable cómo el estado febril deja secuelas. Le agradezco igual su alucinación. Y ya que se puso de pie, en vez de aplaudir vaya a servirse un copetín que lo devuelva a la realidad. ;-)
GRacias, amigo.
Abrazo!

L. dijo...

"Nuestro héroe termina sentado al lado de la abuela que también está sola, mitad por su Alzheimer galopante. Oirá una incoherencia tras otra rogando que sirvan el asado ya, aunque esté crudo aún" (ME DESPARRAMÉ LITERALMENTE DE RISA) y con el asado para los amigos de los hijos me recordó lo que padece mi padre...una perla para imprimir, guardar y recordar.
No lo dude, cada próximo asado nos guiará a estas palabras.

Beso!

Naimad dijo...

Ele. Ud. es una caradura... no sientió que esta historia le recordaba algo...

Firmin: vamos, vamos... no se me haga el modesto que para eso está Roberto Piazza (que no será modesto, ok, pero es modisto, que suena parecido). Vamos, vamos... si yo tuve historietas de los partos de mis dos hijas, Ud. debe tenerlas también. Salvo que Ud. no lo haya presenciado.

Roma dijo...

tas cual
long life al asado.


slds

Geoffrey Firmin dijo...

Querida L., le agradezco enormemente. Me queda una inquietud que no me atreveré a preguntar acerca de lo que padece su padre. ;-)
Besos! Y gracias, claro.

No, claro que lo presencié. Ese sujeto que parecía una lechuga disecada bajo el influjo del zonda, era yo.
Abrazo, querido Naimad.

Roma, bienvenida. Y sí, larga vida al asado.
Saludos!

Anónimo dijo...

Ah, Geoffrey estimadísimo amigo! Se lo confieso sin empaques,lo extrañaba horrores!

Advierto gratamente y con lágrimas en los ojos (mucha risa)que el asado tiene una nueva dimensión a partir de su artículo. Más o menos lo mismo que les pasó a los británicos con la niebla: a partir de la pluma de los escritores, tuvo misterio y encanto.

Desde ya, el conjunto del relato es magistral, pero el "asador pelo en pecho" es un retrato inolvidable, majestuoso le diría y en cierta forma usted inmortalizó este vernáculo personaje.

Chapeau, querido Geoffrey!

Le doy mi bienvenida al ruedo, espero que sus bellísimas hija y esposa estén muy bien, y también espero leerlo cotidianamente.

Un abrazo grandote y con mucho cariño!

PD: Gracias por sus palabras en la mensajería! Llegaron perfectamente!

Andrea dijo...

Que bueno que volvio! y encima lo hizo con todo :), la descripcion del asado es fantastica casi digna de meter en uno de esos librito de "cultura popular"!!

Besotes para ud y su familia.

L. dijo...

Firmin, no hay ning�n incoveniente en aceptar realidades. Mi padre padece de un hijo marmota y una hija que gracias a dios, al cielo y todos los santos se cuida de quedar embarazada de los subnormales que frecuenta.

Insisto, un post para el recuerdo.

Naimad dijo...

Ele. Ud tiene una hermana? Cuack...

Cecilia dijo...

Excelente!!!!! Me reí mucho. Hermosa descripción!

Larga vida al asado!como dijo alguno antes.

Geoffrey Firmin dijo...

Susana querida, es usted, como de costumbre, muy amable. Yo le agradezco sus risas y sus palabras.
Por suerte, la casa está en orden (digo yo parafraseando a un ex mandatario)
Besos!
PD: No se qué ritmo tomará el blog. Seguramente, el que imponga la beba. ;-)
PD II: Me alegro que hayan llegado bien los mensajes en ese chirimbolo simpático que usted tiene en su blog. Menos mal! Porque le puse empeño. ;-)

Aló, querida Sapa! ¿Volver yo? Si siempre me estoy yendo...Esto es así por ahora, un vaivén plagado de llantos, pañales, monitores, teclados y, claro, todo el resto de mi vida, que no es poco. ;-)
Besos! Y muchas gracias por sus amables sentencias.

Mi querida L., gracias por aclarar. Yo temía preguntar (y ahora me desmadro) si su padre pensaba ( a los postres) que usted era fácil. Disculpeme el pésimo gusto del chascarrillo. Usted sabe de mi aprecio y mi estima por su persona. Y mis respetos, desde luego.
Besos! Y gracias de nuevo. ;-)

Naimad, no lo iba a nombrar ya que no se dirigió a mí, pero temí, por un fatídico segundo, que usted se ofendiera con un servidor. Así que lo saludo otra vez.
Abrazo!

Querida Cecilia, no es una mala noticia enterarme que se ha reído al menos un poco con estas pequeñeces que uno desparrama sin piedad. Gracias.
Besos!

Elgallo dijo...

Hablando de asado cuando nos comemos uno? Basta de empanadas!!!.
Un gran abrazo y espero para conocer a Sofía.Bsos para sus dos mujeres!!

Geoffrey Firmin dijo...

Elgallo! Queridísimo amigo, usted sabe que estos días son medio desordenados. Los horarios se tornan indescifrables. De todos modos, puedo asegurarle que pronto usted vendrá. Y pronto, también, organizaremos un desbordante asadete. Saludos para usted de mis dos mujeres.
Abrazo cordial!

Juicy dijo...

Firmin, lo suyo es admirable. Tremendo observador y todavía mejor para describir. He visto a los personajes y situaciones que describe, por supuesto... y le digo que en sus palabras se me hacen aún más vívidos. :)
Debería escribir un cuento por lo menos, pa la audiencia seguidora. (Pedigüeña y caradura... dígalo).
Besos, don.

Naimad dijo...

Pero, vamos hombre! Como ofenderme con Ud. Eso sería una actitud de la platea femenil... por caso, ofendido debería estar ud. que el copo el blog para, encima, hacerle una chanza a Ele.

Abrazo de gol

Geoffrey Firmin dijo...

Querida Juicy, no sabe cuánto le agradezco sus observaciones. Mire, cuentos no he escrito jamás, solo garrapateos juveniles que podríamos, generosamente, llamar micro relatos. Las "Grageas", "911", "Pasados experimentos", "Detalles", "90's" son algunos de esos garabatos subidos impunemente a este blog. Lo curioso es que hacía muchísimo que no escribía, hasta que por eso, entre otros motivos, arranqué con esto del blog.
Y sepa usted, que es encantadora la forma en que condescienden a tratarme usted y demás afines de un servidor.
Besos! Y gracias.

Naimad, abrazo. Y sabe bien usted que no me copa nada el blog. Le saca lustre. ;-)

Naimad dijo...

Menos mal que me dijo "le saca lustre" y no la desagraciada frase "me lo lustra"...

el fantasma de la libertad dijo...

Estimado GF,

Empiezo por discuparme porque no tengo tiempo de comentar este texto que me ha hecho reir tanto hace un par de días cuando lo leí. Me estoy mudando y esto es lo último que hago antes de desenchufar la computadora, y tengo bolsas y valijas, y libros y ropas y perros y violines tirados alrededor apurándome en mis quehaceres.

No quería dejar de decirle que su aguda observación me parece de lo mejor que ha escrito, y como leí que alguien más decía, casi invita a que escriba usted alguno de estos decálogos como parte de una ficción o relato.

Le dejo un abrazo y un saludo para todos esos intrusos que pueblan su casa! ;)

Nos estamos viendo!

Geoffrey Firmin dijo...

Naimad, estuve a punto! ;-)
Abrazo, querido amigo.

Querido Fantasma, me alegran muchísimo sus apreciaciones. Voy a terminar convenciéndome de que este es un artículo al menos decente. ;-)
Gracias por la delicadeza de comentar entre tanto trajín.
Abrazo cordial!

Anónimo dijo...

mr.Firmin: no era yo la de los pasitos de fox trot...es solo una de mis cortas historietas que se ocurren en el momento...aunque todos mis personajes e histrias tiene algun caracter de cierto... o en algun detalle o punto se une con la realidad....
un gran saludo desde este lado...

Susana Peiró dijo...

Espero que esté muy bien querido amigo, al igual que sus damas!

Permítame dejarle un abrazo fuertón!

Naimad dijo...

Oiga... entiendo lo de la paternidad (recuerde que soy bi-padre), pero... nos va a dejar así a la buena de Dios???
Taquelotiró de las patas!

Como andan sus mujeres?

Geoffrey Firmin dijo...

Queridos Susana y Naimad, les agradezco el interés, el saludo, la visita, la amabilidad. Está todo óptimo.
Saludos!

Mariano dijo...

Y el hombre se borró de nuevo. Así no, che...

Mariano dijo...

Digo, el hombre es blog y sus circunstancias...

Andrea dijo...

Geoffrey... queremos ver a la nena! :P, hagala famosa :)

Besotes

Naimad dijo...

Menchu Quesada era Cheddar?

Geoffrey Firmin dijo...

Querido Mariano, los tiempos son escasos. Las ideas también. ;-)
Abrazo!

Sapa, ahí fueron.
Besos!

Naimad, amigo, hurgué en todos los recovecos de mi memoria para ver si podía enlazar algo anterior con su comentario. Medité en medio del insomnio acerca de su sagaz comentario. Pero en ambos casos el resultado de mi ineficacia fue el mismo: ¿A qué viene?
Abrazo cordial!