Irse de vacaciones es un incordio necesario. Por más que despotriquemos contra la aglomeración de gente en las playas; contra los precios exorbitantes de todo lo que tenga precio en la costa* (son 3 meses en los cuales quieren salvar el año. Ilógico. Casi tanto como que nosotros gastamos en 2 semanas lo que dudaríamos en dilapidar en 3 meses.); contra la tardía adaptación a un habitat que nos es ajeno…No importa: Necesitamos vacaciones. Para eso desarrollamos un finísimo sentido de la oportunidad e indagamos, sutilmente, qué pariente, amigo, conocido, benefactor, vecino o kiosquero posee algún bulincito en cualquier lugar de retiro que puede extenderse desde 20 km de nuestro hogar hasta 2000. No importa, el tema es regatear y abaratar costos. Eso, claro está, en caso que no decidamos vacacionar en el extranjero. Si así sucediere, difícilmente entremos a manguear alojamiento o nos pasamos de ratones.
Por supuesto, pocas veces nos acompaña Fortuna y tenemos que arreglarnos solitos en un hotel o alquilar un cuchitril a precio árabe. Solucionado el tema alojamiento, que ya produjo cierto desgaste y nos refuerza la idea de la necesidad urgente, perentoria del descanso, procedemos a armar las valijas. No sé ustedes, pero yo suelo llevar ropa en exceso: por si llueve, por si refresca, para media tarde, por si las moscas y termino usando 4 o 5 remeras y el mismo short arenoso. Desde ya, nunca refresca. Para que refresque yo debería evitar llevar ropa de abrigo. Las valijas salen prolijamente armadas, cada cosa encuentra su lugarcito.( Lo cual no quita que siempre, pero siempre, olvidemos llevar algo.) Vuelven como pueden, con ropa suelta y calzoncillos en la guantera.
Luego del viaje, la instalación y demás, procedemos a vacacionar: acción que consiste en ir a la playa, meterse al mar, comer como un guanaco, tolerarse mutuamente, acovacharse los días de lluvia, caminar, comprar baratijas inútiles, comer como un cosaco, dormir, entablar frágiles y pasatistas conversaciones con algún que otro sujeto que hayamos visto o cruzado más de dos veces, comer como Erisictón, intentar elaborar un plan para arrancar el año, ya sea haciendo deporte o dieta o dejando de fumar o todo junto.
Sólo algunas veces la zanahoria que se nos pone adelante en vacaciones se deja alcanzar, pero todos los años renovamos nuestra fe en la promesa de tiempos venturosos. Yo no tengo dudas: Me pongo el patito inflable, me cuelgo la cámara de fotos, me calzo el sombrero Piluso y chancleteando me voy canturreando el “Rap das armas”, contento y esperanzado. Y no olviden que los sabios suelen decir que el mar cura todo. Yo no sé si es para tanto pero que es necesario, seguro.
* Por supuesto que estas paparruchadas solo atañen a vacaciones en pareja, con o sin hijos, en la playa argentina y viajando en auto. Infinidad de variables hay para que gente más idónea las desarrolle o incluso negados como yo, hagamos otros posts: Vacaciones con amigos, con pareja amiga, solo, en el monte, en Tailandia, viajando en sulky, etc.
PD: Esperen a ver la ofuscación y perplejidad de Bugman cuando lea la palabra "vacaciones" : Ver y las palabras "costa argentina": Ver
domingo, 31 de enero de 2010
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6 comentarios:
AAah, la dinámica de las vacaciones.
Harmosa! A mí me pasa que siempre llevo poca ropa; en una suerte de razonamiento contrario con resultados igualmente nefastos, siempre me parece que es mejor "ahorrar lugar", que voy a tener tiempo de lavar la ropa, que nunca hará frío ni lloverá y que las prendas al borde del deshilachamiento que elegí, aguantarán los 15 días.
Como casi siempre me voy de camping, me pongo ridículamente pragmática y sólo llevo cosas que cumplan con más de una función, como champú-crema enjuague (que te deja el pelo horrible), pañuelo para la cabeza (así ahorro el lugar del gorro) mudable en bufanda si hace fresco... o en cinturón si se rompió el elástico del pantalón, y así.
Tampoco creo descansar mucho... me suele agarrar la locura de no quedarme en un solo lugar, que se me acaba la vida y yo sin conocer... el pueblo de 200 habitantes que no tiene agua potable!
:S (cada cual con su dinámica, que en el fondo termina siendo parecida a la del resto).
Ah, qué bueno que volvió de las vacaciones del blog también.
;)
Me ha hecho reir con su comentario, querida Juicy. Lo de pensar en cosas que cumplan doble función demuestra, una vez más, que el aburguesamiento y la tendencia al confort adormecen algunas destrezas. Como que ahora morfamos liebre sin cazarlas. ;-)
Gracias, Juicy, espero poder darle cierta continuidad a esto.
Besos!
Poquisima ropa, money, money y cero compañia. Allá donde me lleva el viento encontrare lo que acá dejo...
Eltauromquico, quién pudiera ser libre y soltero, que no son la misma cosa. ;-)
Saludos!
Veo que hay mas cosas... me hace shorar, casi tanto como la oposición haciendo política.
Naimad, eso sí que es bravo!
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