jueves, 17 de julio de 2008

Sensaciones

Hago un breve paréntesis en el silencio del blog.
Detesto profundamente a la oligarcada campestre. Más aún cuando enfundados en sus Cardon, montados a pelo en un petiso de polo nos enrostran discursitos demagógicos difíciles de creer. Ese rechazo, sin embargo, no me impide razonar que su reclamo era justo. Todas las variantes acerca de si era el modo de reclamar, si ellos pudieron lograrlo por ser tan poderosos o los pros y contras de la sojización, pueden discutirse. Pero entiendo que se les quería imponer un tributo excesivo. Y de prepo. Como no voy en nada en eso (si los aumentos nos los morfamos igual!), no hubiera dado ni para una sonrisa lo sucedido anoche. Lo que me alegró, eso sí, fue la derrota de la soberbia. Siempre es una buena noticia que los soberbios, prepotentes y ciegos de poder trastabillen. No es poco en estos tiempos.
Una última observación: Había que estar en los zapatos de Cobos! La voz temblorosa, el gesto inseguro y el tipo no va y se la manda a guardar igual a su superior. Lo beneficiaremos con la duda. Creeremos, querremos creer, que ha decidido con sus convicciones y no como una suerte de apuesta a un futuro presidencial. De todos modos, ya sabemos que es casi imposible excluir la sospecha de la ecuación cuando hablamos de decisiones políticas y de políticos.

PD: Espero no encontrar esto en otros blogs.(No he leído ninguno aún, sólo quería dejar estampadas mis sensaciones) Si así fuere, pido perdón y procederé según dicte la situación.

PDII: Volvemos al silencio habitual del blog, hijo de la desidia y la falta de ingenio del autor.

Actualización (21.21 hs.): Es increíble cómo no se bajan de la soberbia: " Hay algunos que no entendieron. Tardan en entender. Ya entenderán" Qué miserable! ¿Así que la única verdad la poseen ustedes? Superada la indignación, retorna límpido, cristalino, diáfano mi absoluto desprecio.

viernes, 4 de julio de 2008

Nos vamos poniendo viejos

De niño, una desmemoria feliz, como casi todos los olvidos, me sorprendía en esta fecha con regalos y una sensación de ser el centro del Universo por un ratito fugaz de 24 horas. De adolescente y de joven, esta fecha significaba un jolgorio más, una excusa para el desbarranque, aunque ya empezaba a fastidiarme cierto ánimo festivo que me resultaba incómodo. De mayor, ya no podía concebir peor pesadilla que ver las caras conocidas cantándome el feliz cumpleaños. Agachaba la cabeza, sospecho yo que por vergüenza, timidez y desconfianza; aborrecía el momento mientras rogaba que acabara pronto. Mucho peor cuando el festejo me sorprendía en lugares públicos y los mismos de siempre cantaban “Que los cumplas…” Todo esto no quiere decir que no disfrute, y mucho, el hecho que se acuerden o pasarla con mi gente, solamente sucede que soy algo mal llevado y comulgaba con la errada idea de que el cumpleaños de uno es una estafa tan evidente que ni siquiera alcanza a defraudarnos. Hasta algún día.
Pero, como sabemos, algún día siempre llega. Y otra vez me veo aquí, en este azar del calendario, festejando mi primer cumpleaños como padre, así que todo hoy será distinto. Y canten lo que quieran.
Por otra parte, hablando de fechas redondas, según blogger, el anterior fue mi post número 100. Nada que festejar en la mediocridad: Casi 100 posts irrelevantes, calculo yo que en una mesa exigente aprobarían sólo 4 de esos 100. De todos modos, estas naderías que estampé aquí y, más que nada, las vueltas que me pegué por la blogósfera me han hecho feliz. He encontrado gente encantadora, criminales en potencia, suicidas, genios y malandras. Si hasta un tipo inteligente le ha hecho una puertita de salida a su gata y, sin embargo, cuando ésta tuvo cría le hizo al lado, una más chiquita. Todos podemos darnos el lujo de tener un felino. Puertitas, sobrarán.


PD: No olviden que deambulamos “En este Gólgota cruel, donde el más vil, ése la va de juez”