domingo, 29 de julio de 2007

Adianchi!


Un hecho que solo crei que podria resultar interesante en mi ya lejana juventud. Algo que planteado a priori , para un espiritu mas afin a la amargura que al jolgorio gratuito, podia representar no solo un fatal tedio y resignacion sino tambien un pasaje sin retorno al ridiculo.

Eso, una fiesta de disfraces (!!), termino siendo una de las reuniones mas divertidas de mis ultimos tiempos. Convengamos en que no seria prudente realizarlo con asiduidad (toda repeticion , por definicion, deriva en el hartazgo y la falta de sorpresa) pero tambien he de aceptar mi error en el prejuicio.

Ya las primeras civilizaciones adoptaban en algunas ceremonias, mascaras que representaban sus deidades o quizas estados de animo.

En la Francia Imperial, el uso de disfraces en los palacetes, era mas bien una excusa para desencadenar orgias de padre y señor nuestro.

Mas aca en los tiempos, los disfraces fueron tomando a los disfrazados. Asi, no resulta raro ver hoy a tipos que se disfrazaron de licenciados, actuando de licenciados. Tipos a los que el disfraz de ingeniero les sentaba tan bien que no creyeron necesario ir a la facultad y recibirse para ostentar su titulo.

PD: Atencion! No olvidar nunca que Neron es hoy para nosotros un disfraz; para Roma fue un piromaniaco un tanto exaltado.

PD II: Por razones obvias, la oficial no puede revelar su identidad.

2 comentarios:

Juicy dijo...

Espero que no esté usted comparando al ing. Blumblerg con... póngale un travesti. ¿Me entiende?

Geoffrey Firmin dijo...

Jajaja. Usted, querida Juicy, sí que entiende.
Besos!