Escuchar el nuevo disco de Skay produce placer. Los temas fluyen y algunos de ellos producen esa extraña sensacion de creer que son melodias que ya veniamos silbando de siempre. Los tres discos de Skay pueden oirse como si fuera uno solo, sin por ello resultar repetitivo ni previsible. Este tipo tiene una engañosa sencillez, y detras de ese engaño, descubrimos un mundo profundo, sutil y elegante. Vayan ya a llenar su alma!
Todo el mundo concuerda en que el Indio era la cabeza de los Redondos. Sin desmerecer la cabeza, siempre he preferido el corazon. Aunque a veces duela mas.
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