jueves, 10 de junio de 2010

Día 2

Antes de viajar vivía atormentado por el “Ououo uooououo” de la canción “Wavin’ Flag” de K’naan (pegadiza, lo admito) e ignoraba por completo el “Waka waka” de Shakira, ahora, les aseguro que lo único que suena por aquí son las intolerables vuvuzelas (una especie de trompeta tocada por un estibador borracho que usan los sudafricanos a falta, oh, ironía, de bombos y cornetines). Cuando les digo que suena, me refiero a que es la música ambiental de todo el maldito lugar.
De todos modos, salimos de recorrida con Chuky, quien, vaya a saber por qué, encuentra en mí un compañero adecuado. Entre tanta gente de diversos países, paseando alegremente, venimos a dar con Fernando Carlos y Walter Queijeiro haciendo lo que mejor hacen: pelotudeces innecesarias. Convengamos en que hay pelotudeces necesarias, como disfrazarse de payaso y oficiar de hazmerreir de un grupete de delincuentes infantiles en el cumpleaños de tu ahijado, pero lo de estos tipos, como tantos otros, más allá de sus probadas ineptitudes periodísticas y humorísticas, tomándole el pelo a la gente, haciéndose los vivos con extranjeros con chanzas idiomáticas de primer grado, es enervante. Lo miro a Chuky y veo en sus ojos comprensión y cierta determinación. Me dice: “Hagámonos los extranjeros, los voy a cagar a trompadas” Lo disuado, le hablo de su cara de argentino, de su camiseta de la selección argentina debajo de una camperita Adidas, de todo lo que nos delataría. Pasamos de largo pero Chuky les echa una mirada que intimidaría a Tony Soprano. Surte efecto y los pavotes se turban. Empiezo a sentir por Chuky cierto cariño. Detrás de esa cáscara bruta, curtida y ruda asoma, por momentos, un alma noble.
Otro bar, otra cerveza, otra gente. Conocemos a los amigos holandeses Van der Mole y Van der Ola, al gallego Iñaki, ingleses, franceses, chilenos, lugareños, en fin, gente de todo el mundo. Iñaki nos adoctrina: “¿Ustedes se acuerdan de cómo nos decían? Sí, “La furia española” No jodáis, tíos, era un dolor de huevos ver jugar a España por esas épocas. Hubo un entrenador, Javier Clemente, ¿lo recuerdan? Bueno, el tipejo se creía lo del catenaccio y demás yerbas tacticistas. ¿No voy y hallo una cita de ese gran tío que es Juan Villoro? Mexicano, sí, pero el tipo dio en la tecla. Decía, con cierta gracia creo yo, que no había, después del café descafeinado, un supresor de intensidad más eficaz que Javier Clemente. Ja! Un grande, el Juan. Ahora bien, estamos jugando lindo, con el tiki-tiki, como dicen ustedes los sudacas, y yo, créanme, estoy feliz. Aunque nos despacharan en primera ronda, (cosa que dolería mucho, claro) me gusta, me llena, joder, ver jugar a mi España” Le siguen discusiones eternas sobre Messi, sobre la identidad, sobre fútbol. Digamos que estamos aclimatándonos.
Y ya que estoy dejo aquí estampado mi pronóstico para mañana:
Sudáfrica-México: Gana México. 2-1, si me apuran.
Uruguay-Francia: Empate. 1-1.

2 comentarios:

marcelo dijo...

NO TENIA NINGUNA DUDA QUE IBAN A CONGENIAR PERFECTAMENTE CON CHUKY.
ESTOS ESPAÑOLES AHORA SE SIENTEN LOS MEJORES, MANGA DE FRACASADOS GANEN ALGO ALGUNA VEZ.
PORQUE NO DEJO QUE LE DIERA UN PEQUEÑO Y MERECIDO CORRECTIVO AL ESTUPIDO DE QUEIJEIRO.

QUE PASA CON LAS CHICAS AUTOCTONAS?

Geoffrey Firmin dijo...

Vienen jugando como a mí me gustaría que juguemos nosotros. De todos modos, es casi una obligación que España no avance demasiado en los mundiales. Sería una lástima.